DETALLAZO DEL DOMÍNGUEZ CAMACHO Y EMPARRADAS DE VERDAD
Me estrenaba en la coqueta plaza de Masdenverge con un ambientazo, gracias en buena parte al trabajo y constancia de la Penya Che Bou, que año a año ha ido labrando un camino y ha conseguido que un día como hoy sea una fecha marcada en rojo en el calendario dentro del mundillo del bou al carrer. Para tal ocasión y con motivo de su XXV aniversario, prepararon un cartel con dos toros de las ganaderías de Sergio Centelles y Domínguez Camacho.
El primero de ellos del hierro de la casa, un castaño bocidorado de nombre Arroyo, tuvo la virtud de la franqueza, prontitud y cierta clase, pero pecó de ser demasiado noble y transmitir poco. La lidia recibida no le ayudó. Por momentos también pareció algo descoordinado, sin acabar de fluir sus movimientos con buen ritmo. Por la noche siguió con el mismo comportamiento.
Derribado de Domínguez Camacho transmitió bastante más, salió con mucha chispa y llegó hasta la barrera en la que a punto estuvo de descolgar a un mozo. Su imponente presencia y su bonita arrancada hicieron que hubiera emoción en el ruedo. Destacaron un tanda de quiebros y vuelta de Navarret, un quiebro de Marc Badal rodilla en tierra, un recorte al milímetro de Rodri y un salto del ángel de Azael. En la embolada tuvo momentos inciertos, un comportamiento cambiante. Salió del pilón como aburrido sin querer nada, luego poco a poco se fue viniendo arriba y entró con franqueza y desplazándose a los quiebros y recortes pero sin apretar cuando salía de la suerte.
Y de repente, lo quebró Marc Badal, se quedó en la cara, y el toro le hizo un hilo de 30 metros hasta la barrera. Se revolvió como una serpiente, se fue a por él, Marc tiró la chaqueta pero no le hizo caso y lo acompañó hasta el final. Fue el detalle del día, gran ovación para el toro y el de Benassal por parte de los que allí nos encontrábamos.
También pudimos contemplar dos buenas actuaciones de las vacas de Fernando Mansilla, Capitana y Mariposa. La primera se levantó de manera espectacular nada más salir y a punto estuvo de descolgar a un joven. Realizó otra emparrada y le dieron varios recortes a la anilla. Mariposa también se levantó al momento de salir por toriles. La mala suerte hizo que Xavi, el pastor de la ganadería, se lesionara el hombro al intentar levantarla, todo pintaba a que hubiéramos visto un gran espectáculo con esta vaca y las que quedaban, pero se tuvo que ir la ambulancia y se paró el festejo, una lástima.
A la postre, lo que más emocionó fue el gran detalle del Camacho y las emparradas de verdad de las de Mansilla, con barreras de cabirones sin tapar por detrás, no como las que estamos acostumbrados a ver ahora en la mayoría de plazas.
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