UN ISAÍAS QUE NO LLEGÓ A ENFADARSE
Gandul hizo honor a su nombre y nos dejó una actuación en la que no quiso emplearse, como si la cosa no fuera con él. Con toda la fuerza de un toro bravo, el de Isaías y Tulio Vázquez no la llegó a utilizar en ningún momento, llámenlo como quieran, falta de raza, bravura, pero la verdad que no nos recordó a los Pedrajas de antaño. En su expresión de la cara sí, típica de estos astados, pero algo más chico del prototipo que yo tenía en la cabeza.
La A.C. Penya Els Gallos de Cabanes hizo todo lo que tenía que hacer, compró el toro con toda su ilusión de una de las ganaderías que en el pasado tuvo mucho cartel en el bous al carrer - a la que habíamos perdido la pista ya hace unos años- pero Gandul no respondió a sus expectativas. Otro año será.
Por la noche me dicen que continuó con el mismo comportamiento, un Isaías que no llegó a enfadarse.
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