¡MUCHA FUERZA GANADEROS!

Viernes por la tarde del mes de febrero, un día muy grisáceo, con algo de niebla, Jaime Tárrega se encuentra con parte de sus vacas en el campo de Vilafamés, ha decidido ir llevándolas a otra finca para aprovechar los pastos de alrededor y dejar descansar el resto que se encuentran cerca de la finca principal. Así, irá rotándolas entre el invierno y la primavera.

Hay que volver a los orígenes para subsistir en este periodo crítico de pandemia, en el que, en la cuenta de pérdidas y ganancias, solamente aparecen números negativos. Aprovechar lo que da el campo para que los animales coman. 

Charlando con Jaime me comenta sus aventuras en tiempos pasados, cuando sacaban las vacas por el monte. Desde el Mas de Lucas las subían hacía la partida conocida como El Planàs y allí las dejaban todo el día. Ellas iban pastando y me dice que siempre paraban a dormir a lo más alto. Al día siguiente, iba a recogerlas y las llevaba a beber. O bien a una balsa construida por ellos o bien al abrevadero de la Font de Les Piques. Así durante todos los meses que no habían festejos.

Cuenta que en los días como hoy, con mucha neblina, era muy fácil perderse por las montañas y que gracias a los cencerros que llevaban los animales, sabía dónde estaban en cada momento. 

Experiencias pasadas que revive ahora con este lote de 35 novillas, días enteros con ellas, desde la mañana, comiéndose un bocadillo a mediodía y hasta que anochece. Dice que si no fuera así no las podría mantener. Las ayudas que le han llegado son irrisorias...

Un futuro incierto, una situación actual insostenible, y en peligro, una genética especial y distinta a la de todas las demás razas: la del toro bravo. 

¡Mucha fuerza ganaderos!