Corría el año 2004, por las fechas en que estos días andamos, Jaime Tárrega "Lucas" venía con todo a su pueblo natal, Benicásim. Traía consigo, los últimos supervivientes de la matanza provocada por la tuberculosis años antes: Peluquera, Rumbosa, Bandera, Faraona, Solitario, Palmero,... animales con el ADN cien por cien Lucas.
En la plaza, jóvenes chavales que más tarde darían que hablar como grandes trabajadores de vacas: Adrián, Iván Miró, Iván Beser, Isaac, Salva y alguno más.
La tarde estuvo marcada por la gran actuación de Peluquera, una de esas vacas que no hacía obstáculos pero que encandilaba a todo buen aficionado. Brava a rabiar, entraba con nobleza al embroque pero hacía hilo hasta el final, llegando siempre y rematando con fuerza. Buscaba en el banco como antaño, con mucha codicia. Incluso en esta ocasión se levantó recta varias veces en la puerta de la plaza en busca de Isaac. Actuación de las que no se olvidan. No fue una vaca mediática por aquel entonces, pero sí que nos llegó a tocar la fibra a algunos aficionados que la vimos unas cuantas veces.
Del resto de la tarde también destacaron Rumbosa y Solitario. La primera era la estrella de la casa y raro era el día que no estuviera bien. Vaca con mucha voluntad, brava y fuerte en el recorte. También hacía los obstáculos con facilidad. Solitario era un toro muy pegador, como lo han sido tradicionalmente los toros de Lucas. Durante aquel día lo hizo bastante, sobre todo en el tablao.
Tardes que en las circunstancias en las que estamos se echan de menos, mucho mono de ellas. Del compartir esos momentos con los amigos, disfrutar de nuestra fiesta y del ganado autóctono.
Tocará esperar a que todo ello vuelva. Mientras tanto, viviremos del recuerdo. Mucho ánimo a todos, pero especialmente a los ganaderos que tan mal lo están pasando.
|
Rumbosa.
|
|
Rumbosa
|
|
Rumbosa
|
|
Rumbosa |
|
Rumbosa y Adrián.
|
|
Isaac y Rumbosa. |
|
Solitario.
|
|
Solitario.
|
|
Solitario. |
|
Peluquera. |
|
Peluquera.
|
|
Peluquera.
|
|
Palmero.
|
|
Faraona.
|
|
Faraona.
|
|
Iván Miró y Faraona. |
Comentarios
Publicar un comentario