EN EL RECUERDO: PLATERO, UN GUAPO Y BUEN PABLO ROMERO
Hay toros que se quedan grabados de por vida en la mente de los aficionados, bien por su guapura, bien por su extraordinario comportamiento. Si a ese tándem de adjetivos unimos el pertenecer a una ganadería mítica y reconocida, la huella que deja ya es imborrable.
Algo así me pasa con el protagonista de este post. Un cárdeno de nombre "Platero" que se realizó el 25 de junio de 2005 en la localidad del Grao de Castellón. Perteneciente a la divisa de Partido de Resina (antes Pablo Romero), marcado con el nº 64 y de un trapío espectacular. Y no confundamos trapío con un toro de setecientos kilos, con una talla exagerada y unos pitones descomunales. El trapío es la armonía en las hechuras de un toro conforme al prototipo de la raza de su encaste.
Y Platero era el ideal prototípico del encaste Gallardo, una perfecta conjunción entre la pequeña, ancha y corta cabeza, con el destacable volumen corporal (que no de talla), caracterizado por su hondura y anchura de pechos, así como una considerable musculatura. Todo ello realzado con el pelaje cárdeno típico de los "pablorromeros".
Además, procedía de una de las reatas de mayor confianza de la ganadería, la de las "Plateritas", a la que pertenecen también las "Joyeritas", de la que han salido grandes toros, como aquel espectacular "Joyerito" lidiado en Las Ventas en 1999 por "El Fundi".
Con toda esta amalgama de características y peculiaridades, "Platero" no podía fallar... Y así fue, bravo de verdad, con espectaculares arrancadas que propiciaban imágenes sacadas de un lienzo, noble en los embroques y con esa típica embestida de este encaste con la cara de media altura para arriba.
Los que se pusieron delante, pudieron disfrutar de lo lindo. Recuerdo que lo paró de salido Sergio, que Cesar Palacios lo recortó con su temple y naturalidad, y que Jose Rosell se lo dejó llegar de lejos para darle una de sus típicas "rodas". Y todo ello sin chaquetas ni "palitroques" ni leches en vinagre.
Momentos para el recuerdo, que nunca olvidaré, y que nos reconfortan en estos tiempos en los que no podemos disfrutar de esta nuestra afición.
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