EN EL RECUERDO: BATANERITO Y SU CAMINO HASTA VILAFAMÉS
El destino quiso que Batanerito de la ganadería salmantina de Barcial, acabara corriendo por las calles de Vilafamés un agosto de 2004.
Meses antes, nadie hubiera dicho que fuera así. Miembros de la comisión taurina de ese año se desplazaron hasta Barcialejo, finca de la citada vacada, con la ilusión de adquirir un patasblancas. Don Arturo Cobaleda, propietario del hierro, les enseñó varios astados de muy buena presencia pero todos se iban de presupuesto, entre ellos uno que fue Toro de la Vega ese año. Pasaron a un cercado en el que estaban los utreros, y junto a ellos, un cinqueño que se había quedado del año anterior. Les gustó y se acopló al precio y decidieron adquirirlo.
A los dos meses, un par de miembros organizadores volvieron a la finca para ver cómo se encontraba el toro, pero el ganadero les comunicó que tenían que cambiarlo porque había tenido una lesión. Fue entonces cuando entró en escena Batanerito, lo escogieron a él como sustituto y fue el que se anunció en el programa de fiestas y todos los carteles.
A pocas semanas del ansiado festejo, se le llamó al ganadero para pedirle toda la documentación, a lo que Don Arturo respondió que no se podía exhibir, que tenía que disponer del toro para que fuera de sobrero a una corrida. Al estar ya anunciado, los miembros de la comisión mostraron su disconformidad y a los tres días Don Arturo volvió a llamar para decir que estaba todo arreglado y que podía ir a Vilafamés.
Fue exhibido un 14 de agosto sobre las 7 de la tarde. Realizó una salida con ganas pero le cayó la mundial, asfalto y muchos recortadores fue una mezcla no demasiado buena para él. Su acometividad fue una constante, bravo y pronto, nunca rehuyó a ningún cite. Por la noche fue embolado por la cuadrilla de la Ti-K de Onda, y lo sacó del rabo Molina, buen aficionado de San Juan de Moró.
Del origen de esta reata, los bataneros o bataneritos, cabe decir que es una familia muy arraigada en el encaste Vega-Villar. Procede de la rama de las madres veraguas que se cruzaron con el toro santacolomeño en tiempos de José Vega, creador del encaste. Según nos comenta el gran conocedor de la ganadería @Castavieja, hay datos de un Batanero de Veragua del año 1880, que sería de la reata de alguna de las vacas vendidas a Vega cuando creó el encaste.
Meses antes, nadie hubiera dicho que fuera así. Miembros de la comisión taurina de ese año se desplazaron hasta Barcialejo, finca de la citada vacada, con la ilusión de adquirir un patasblancas. Don Arturo Cobaleda, propietario del hierro, les enseñó varios astados de muy buena presencia pero todos se iban de presupuesto, entre ellos uno que fue Toro de la Vega ese año. Pasaron a un cercado en el que estaban los utreros, y junto a ellos, un cinqueño que se había quedado del año anterior. Les gustó y se acopló al precio y decidieron adquirirlo.
A los dos meses, un par de miembros organizadores volvieron a la finca para ver cómo se encontraba el toro, pero el ganadero les comunicó que tenían que cambiarlo porque había tenido una lesión. Fue entonces cuando entró en escena Batanerito, lo escogieron a él como sustituto y fue el que se anunció en el programa de fiestas y todos los carteles.
A pocas semanas del ansiado festejo, se le llamó al ganadero para pedirle toda la documentación, a lo que Don Arturo respondió que no se podía exhibir, que tenía que disponer del toro para que fuera de sobrero a una corrida. Al estar ya anunciado, los miembros de la comisión mostraron su disconformidad y a los tres días Don Arturo volvió a llamar para decir que estaba todo arreglado y que podía ir a Vilafamés.
Fue exhibido un 14 de agosto sobre las 7 de la tarde. Realizó una salida con ganas pero le cayó la mundial, asfalto y muchos recortadores fue una mezcla no demasiado buena para él. Su acometividad fue una constante, bravo y pronto, nunca rehuyó a ningún cite. Por la noche fue embolado por la cuadrilla de la Ti-K de Onda, y lo sacó del rabo Molina, buen aficionado de San Juan de Moró.
Del origen de esta reata, los bataneros o bataneritos, cabe decir que es una familia muy arraigada en el encaste Vega-Villar. Procede de la rama de las madres veraguas que se cruzaron con el toro santacolomeño en tiempos de José Vega, creador del encaste. Según nos comenta el gran conocedor de la ganadería @Castavieja, hay datos de un Batanero de Veragua del año 1880, que sería de la reata de alguna de las vacas vendidas a Vega cuando creó el encaste.
A la postre, una curiosa historia que tenía que compartir, bien acompañada con las imágenes que muestro a continuación.
Buena historia, de las que me gustan oir, escuchar y leer a mi y buenas fotos crack!!!
ResponderEliminarUn saludo.