"LA TRIÀ" EN LA GANADERÍA DE BENAVENT

Día caluroso de junio, el equipo Benavent se prepara para realizar el apartado de un encierro de toros y tres vacas para un desafío en Xàbia. Es curioso, aquí en la finca hay dos enormes cercados, en uno se encuentran todos los toros y en el otro todas las vacas, por tanto, a la hora de escoger qué ejemplares van a cada pueblo, se han de mover todos ellos. 

La estampa resulta muy bella, ver todos esos astados correr al unísono y entrar por las corraletas en las que los pastores les esperan para apartarlos. Todo a pie y con la única defensa de una delgada vara.

Comienzan con los machos, se levanta una enorme polvareda. Los hay de todos los colores, negros, castaños, colorados, berrendos, jaboneros, mucha variedad de pelaje, como también de encornaduras. 

Una vez dentro de los corrales, se comienzan a seleccionar los que formarán parte en esta ocasión. Las puertas cada vez son más estrechas y se amontonan a la hora de pasar por ellas.

Malaspulgas encabeza la manada, esta vez no le ha tocado, está con los que se van de vuelta al enorme cercado. A la próxima será. Les abren las puertas y todos vuelven a la normalidad.

Ahora toca elegir, este lucero sí, aquel castaño no, los pastores se entremezclan con los toros, en ocasiones quedándose cara a cara con ellos y teniendo que vencer al miedo para mostrarse firmes. 

Listo, ya están los seis toros, ahora toca menear a todo el hato de hembras. Pequeña, una de las más veteranas, espera la primera, nadie más que ella sabe de que va esto. Vicent abre la cancela y las cerca de doscientas vacas comienzan a salir.

Niebla es otra de las seleccionadas, Vicent consigue apartar a una de sus favoritas, mientras que azuza al resto para que salgan hacia fuera. Cuca y la nº 28 la acompañarán en su camino hacia Xabia.

Para finalizar, se abren los portones y todas las de la B no escogidas entran de nuevo en su enorme cercado. No hay nada como volver a la rutina del día a día, comer, rumiar, dormir y descansar para próximas actuaciones.