LAS DE LA PALOMA NO TUVIERON OPONENTES EN SEGORBE
Hay cosas que no entiendo de algunos de los más prestiogiosos concursos de ganaderías de nuestra provincia. ¿Porqué llevar a las mejores ganaderías y sus mejores animales, si luego no hay nadie que los trabaje? No me sirve el argumento que dice que cada ganadero se tiene que pagar a los suyos, porque en esos casos no existe equidad. La comisión organizadora tiene que contratar a los mismos todos los días, y que intenten trabajar a todos los ganados por igual. Se hace en muchas poblaciones y la verdad que el resultado final es muy satisfactorio.
El miércoles 10 de septiembre se dio el caso en Segorbe, con la ganadería de La Paloma. Llevó ocho de sus mejores animales y todos acabaron en medio de la plaza esperando que les dieran guerra. Una verdadera lástima. Eso sí, nos dejaron detalles de lo que son y el peligro que llevan.
En primer lugar Decidida trabajó tablao y banco, remató alguna acción en palos, e hizo el intento de levantarse en un par de ocasiones, sin llegar a hacerlo.
Oscura tuvo detalles de brava, en una ocasión hizo hilo tras Mariete hasta el final, estando a punto de cogerlo. Le faltó mucha pelea a la vaca, por su seriedad, no se la dieron.
Posteriormente, fue el turno de Guapita, para mí la más floja de toda la tarde, muy poca movilidad.
En cuarto lugar, la gran Maldita, que nada más salir se levantó en las escaleras a por presa, dejando un gran detalle. Le dieron un par de estiradas buenas, a las que la vaca respondió llegando hasta barrotes. Metió la cabeza en varias ocasiones en busca de carne. Otra vaca a la que también le faltó que le dieran algo más de guerra, pero la que nos dejó enormes detalles.
El toro de la tarde fue el Maldito y poco hay que destacar de él, tuvo movilidad y acudió con alegría a algunos quiebros. Remató en un par de ocasiones en barrotes con fuerza.
Duquesa también nos ofreció detalles únicos. Descolgó a un hombre de las escaleras en una muy buena emparrada. Hay que ver como se levanta, se va paseando y a la mínima que ve presa, se va para arriba. Posteriormente, volvió a levantarse, esta vez sin descolgar a nadie. Esta vaca tiene mucha movilidad y se busca sola la faena, pero si hubiera habido alguién que se metiera con ella, la vaca se hubiera calentado algo más.
Víbora anduvo seria en los recortes que le dieron, en uno de ellos, un joven tropezó y la vaca le dio una buena paliza. Todo quedó en un susto porque al parecer, solo tenía varetazos y rasguños.
Por último, a Norteña no la vimos, se paseó por la plaza sin que prácticamente nadie le dijera nada.
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